UNA ESTACIÓN DE AMOR.
Primavera
Era el martes de carnaval. Nébel al oscurecer mientras deshacía un paquete de serpentinas miro al carruaje de delante y se asombro por que había visto algo en el coche al día siguiente el pregunto a sus compañeros: ¿Quien es? no parece fea.
-Un demonio! es lindisima y se preguntaban entre ellos mismos es sobrina, o cosa así, del doctor Arrizabalaga llego ayer, Nébel fijo atentamente los ojos sobre la hermosa chica, era una chica muy joven todavía de unos catorce años, tenia bajo cabello y oscuro, un rostro de suprema blancura, ojos azules, largas pestañas era una chica preciosa Nébel quedo admirado por su belleza y comenzó a murmurar quedando inmóvil con una rodilla en el almohadón del surrey un momento después paso el segundo carruaje las serpentina llovían sin cesar eran dos personas que iban en ese carruaje.
-Quienes son?-pregunto Nébel en voz baja
-El doctor Arrizabalaga y la cuñada del doctor ellos iban bien sonriendo en el carruaje.
Al día siguiente era una noche de batalla de flores Arrizabalaga y la señora se reían, la joven casi no apartaba sus ojos de Nébel, luego de toda la diversión ella se iba al día siguiente a Montevideo la despedida fue breve, pues Nébel no quiso perder el ultimo vestigio de cordura que le quedaba,cortando su carrera tras ella mientras Nébel se alejaba despacio por el muelle ella no apartaba los ojos de el hasta el ultimo momento.
Verano
El 13 de junio Nébel volvió a concordia, aunque supo desde el primer monto que Lidia estaba allí, paso una semana sin inquietarse poco ni mucho por ella después cuatro meses y un domingo después de salir de la misa como cualquier chico de pueblo espero a afuera de iglesia para ver si sale Lidia con su madre Nébel al verla sintió que sus ojos se dilataban, pero Lidia paso de largo parecía como que ya no se acordaba de Nébel.
Nebel se sintió tan mal por ser ignorado por la chica que ama después de un rato el fue a la casa de doctor Arrizabalaga aparentando disque estaba enfermo, pero todo lo hacia por llamar la mirada de Lidia la madre de la chica al verlo a Nébel se alegro la llamo a Lidia para que venga a ver quien había llegado ella lo vio la felicidad era grande la madre de Lidia le dijo a Nebel que si no le molestaba solo verla los lunes y el chico le dijo también los viernes y la señora dijo si, entonces esta bien gracias.
Había ya pasado dos meses desde que Nebel esta junto con Lidia ya estaban pensando en casarse, pero el padre del chico estaba disgustado de ver que su hijo perdió un año y solo por un amorío de carnaval, su padre le dijo que lo piense bien ya que el no conocía muy bien a la familia de la chica.
Después de un cierto tiempo faltaba poco para el casamiento la madre de Lidia le pregunta a Nébel por que no viene su padre el le dice que su padre no le gusta salir en la noche, la señora ya sabia por que el padre de Nébel no iba a la casa de ella la señora de enojo bastante que le dijo a Nébel que se baya que la deje sola Nebel también se enojo y paso tres días y recién fue a verla a a Lidia y después pasaron cuatro días mas y no la fue a ver Lidia con ver que el chico no la iba a visitar enferma de una gran depreción,al quinto día al anochecer recibió una noticia que Lidia estaba enferma Nébel la fue a ver y ella se alegro por su llegada se sentó a su lado, en la cama la madre espero a que se digan algo: no hacían sino mirarse y sonreír.
De pronto Nébel sintió que estaban solos, y la imagen de la madre surgió nítida, pero en ese cuarto de hora de goce final le pidieron por a adelantado a costa de un pagare de casamiento, el muchacho se sintió otra vez contra la pared. La noche siguiente, al legar donde Arrizalaga, Nébel estaba buscando a su amada pero la sirvienta le dijo que se fueron Montevideo ¡ah!-murmuro Nébel aterrado una vez solo en la calle oscura, Nebel levanto y dejo caer los brazos con mortal desaliento: ¡se acabo todo! ¡su felicidad, su dicha reconquistada perdida de nuevo y para siempre! camino hasta la esquina, y desde allí, inmóvil bajo el farol. Dio una vuelta a la manzana y se detenio bajo el farol llego a su casa y cargo un revolver, pero un recuerdo lo detuvo: meses atrás Nebel le había prometido a un dibujante alemán que antes de suicidarse iría verlo.
A la mañana siguiente muy temprano lo esperaba una carta de Lidia el la leyó y se dio cuenta que ella no había escrito la carta esa era obra de la madre, Lidia no había podido menos escribir y la pobre chica trastornadas lloraba todo su amor en la reladaccion Nébel decía con tristeza si pudiera verla algún día y decirle de que modo la he querido, cuanto la quiero ahora....
Temblando fue hasta el velador y cogió el revolver, pero recordó su promesa y durante un larguísimo tiempo permaneció allí de pie.

Otoño
Una tarde en Buenos Aires, acababa Nébel de subir al tranvía cuando el coche se detuvo un momento subió una mujer con lento y difícil paso avanzaba entre los asientos la dama se sentó a su lado, y al hacerlo miro atentamente a su vecino Nebel la dama le pregunta creo que ya no se acuerda de mi Nébel le dice que si, usted es la señora de Arrizabalaga..
Ella sonrió con aire de vieja cortesana cuando Nebel la conoció hace once años atrás-solo quedaban los ojos aunque mas hundidos, ya pagados el cutis amarillo, con tonos verdosos bajo el cuerpo demacrado se veía viva a la morfina corriendo por entre los nervios agotados hasta verse convertido en un esqueleto por mucha morfina, se encontraba muy enferma la señora, Nébel le pregunto por Lidia la madre le dijo que ella se encuentra bien si quiere vaya a verla Nébel prometió ir a verla muy pronto.
Doce días después Nebel tenia que cumplir con su promesa fue allá al miserable departamento de arrabal la madre de Lidia lo recibió, mientras la hija se arreglaba un poco -¡conque once años! -observo de nuevo a la madre -¡como pasa el tiempo! el corazón de Nébel se contraía cada vez mas, y Lidia entro ella estaba también muy bien cambiada hablaron de cosas muy triviales, con perfecta discreción de personas maduras. la señora le pregunto a Nebel a ver si podían pasar una temporada haya a la casa de el, pero Nébel le dijo -soy casado.
la señora tuvo un gesto de viva contrariedad y por un momento de decepción fue sincera;pero enseguida cruzo sus brazos -¡Casado usted! ¡Oh, que desgracia. que desgracia! a la señora se le salieron las lagrimas y le dice a Nébel -¡Usted la conoce!¿Y cree que Lidia es capaz de olvidar cuanto lo a querido? -¿No sabes, Lidia? - prorrumpió la madre alborozada, al volver su hija-. Nébel esta casado Lidia volvió entonces los ojos a Nebel, y lo miro un momento con dolorosa gravedad.
Invierno
La madre de Lidia estaba tan enferma que llano resistía los dolores, para que se le quiten los dolores se drogaba con morfina ya se había vuelto viciosa para esa droga le quitaba todo el dolor que sentía ella.
al siguiente día iban en el coche Lidia su madre y Nebel la señora ya no resistía el dolor la hija la oculto a su madre un rato y Nebel escucho el crujido de la ropa violentamente recogido para pinchar el muslo. después de que se inyecto la morfina se sintió bien Nebel le dijo que deje la morfina y ella le dijo -¡Oh, no! antes morir aquí mismo.
Nebel se paso todo el día disgustado, y decidió a vivir cuanto le fuera posible sin ver en Lidia y su madre mas que dos pobres enfermas. Comieron temprano, pues la madre quebrantada deseaba acostarse de una vez, en un cuarto de hora después Nébel abría sin ruido la puerta del cuarto de Lidia. -¡Quien es! -sonó de pronto la voz azorada.
-Soy yo -murmuro apenas Nébel.
Pero cuando la mano de Nébel toco un bazo fresco, el cuerpo tembló entonces de una enorme sacudida luego se acordó que fue con aquella mujer que había conocido el amor. Pero se obtuvo una mañana que, entrando bruscamente en el comedor, sorprendió a Lidia que se bajaba precipitadamente la falda tenia en la mano la jeringuilla, y fijo en Nebel su mirada espantada.
-¿Hace mucho tiempo que usas eso?-le pregunto el
-Si murmuro Lidia, doblando una convulsión la aguja.
sin embargo, como la madre repetía sus inyecciones con una frecuencia terrible para ahogar los dolores de su riñón que la morfina concluía en matar, Nébel se decidió a intentar sustrayéndole la droga. La señora pedía a grito la morfina pero Nebel no se la quería dar y no se la dio.
Hay se quedaron cuidando a la señora derrepente llego una carta y Lidia no apartaba los ojos de la carta que le había llegado a Nébel ella le pregunto si era del docto y alguna noticia Nébel le dijo en voz baja es de mi mujer y ella bajo la cabeza toda entristecida, conversaron y todo lo demás el se fue a su apartamento derrepente el escucha la voz de Lidia que decía ¡Mama se muere! por favor ayúdame llegaron los dos a el departamento de Lidia y encontraron a la señora ya fallecida se había inyectado un frasco de morfina y Lidia se echa a llorar.
A la mañana siguiente en la tarde tras el entierro, Nebel espero que Lidia concluyera de vestirse mientras los peones cargaban las valijas en el carruaje Nébel le ofreció a Lidia un cheque de diez mil pesos, Lidia se estremeció violentamente, y sus ojos enrojecidos se fijaron de lleno en los de Nébel.
Lidia lo tomo y se bajo a recoger su valija Nébel se inclino sobre ella - perdóname le digo no me juzgues peor de lo que soy.
En la estación esperaron un rato y sin hablar, junto a la escalerilla del vagón,pues el tren no salia aun, luego, sin soltarla, recogió a Lidia de la cintura y la beso hondamente en la boca. El tren partió inmóvil,, Nébel siguió con la vista la ventanilla que se perdía, pero Lidia no se asomo.
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